contexto historico :
Polonia estaba desbastada desde septiembre de 1939, con la invasión de Hitler y las tropas soviéticas provocaron enormes pérdidas humanas, industrias y agricultura debilitadas, y capital, Varsovia, casi destruida. La pintura y el diseño grafico, como muchos otros aspectos de la cultura y sociedad polaca habían dejado de existir. De esta devastación surgió la escuela polaca de carteles artísticos, reconocida internacionalmente.
Tras la sociedad comunista, establecida después de la guerra, los clientes son industrias e instituciones controladas por el estado. Los diseñadores gráficos se unen con los productos de películas, escritores y artistas en La Unión Polaca de Artistas, allí se fijan las normas y los honorarios.
El primer artista polaco de carteles que apareció después de la guerra fue Tadeusz Trepkowski (1914-1956), durante la primera década después de la devastación, expreso las trágicas aspiraciones y los recuerdos que estaban profundamente fijados en el alma nacional. Involucraba la reducción de imágenes y palabras hasta que el contenido era sublimado a su más simples presentación. Unas cuantas formas sencillas para simbolizar una ciudad devastada. El famoso cartel antiguerra de 1953 contiene solo la palabra “NO”.
Después de su muerte, Henryk Tomaszewski llegó a ser el cerebro espiritual del diseño grafico, influyó mucho como profesor de la Academia de Bellas Artes de Varsovia.
El cartel ha llegado a ser un venero de gran orgullo nacional en Polonia. Las radiodifusiones electrónicas no eran su fuerte tras un país comunista por lo que los carteles se consideraban muy importantes comunicadores de los eventos destacados: culturales, circos, cines, política.
Durante 1950 el cartel polaco comenzó a reconocerse en todo el mundo. El agradable estilo estético predominante era un escape del mundo sombrío de la tragedia a un mundo radiante, decorado con formas y colores. En un montaje casi casual se crearon los diseños de pedazos desgarrados o recortados de papel.
También famoso por sus películas animadas experimentales, Jan Lenica (1928) impulsó el estilo de montaje hacia una comunicación menos inofensiva y mas amenazante. Culminó con un estilo de carteles utilizando curvas de nivel fluidas y estilizadas que se entrelazaban en el espacio y lo dividían en zonas de color con forma e imagen.
La tercera tendencia importante se dirigía hacia la metafísica y el surrealismo. Franciszek Starowiejski fue uno de los primeros diseñadores gráficos que incorporó esta nueva sensibilidad metafísica en su trabajo.
En contrapunto el cartel circense ha florecido como expresión despreocupada de la magia y el encanto de este entretenimiento tradicional. Esta tradición duró hasta 1962 cuando la preocupación por la mediocre calidad en la publicidad de algunos circos inspiró el programa.
Lenica y Staroweijski se unieron a una nueva generación de diseñadores, los cuales anunciaron el peligro de que el cartel polaco podía quedar solo como estilo nacional académico. Es allí cuando aparecen diseñadores, que incluyen a Waldemar Swierzy (1931), que plasmaron visiones únicas y personales, donde el diseñador al igual que el pintor debía buscar su inspiración.
Swiertzy recurre tanto al arte del siglo veinte como al arte popular, utiliza una gran variedad de medios. Es famoso su cartel de Jimi Hendrix, el cual animó con turbulentos gestos, de gran calidad espontánea.
Un artista exiliado y radicado en Paris desde 1930, fue Roman Cieslewicz (1930), quien toma el cartel y lo transforma en un medio metafísico para expresar ideas profundas difíciles de expresar verbalmente. Incluye en sus trabajos: collage, montaje e imágenes de medio tono amplificadas a una escala que transforma los puntos en texturas tangibles. La máxima expresión de los carteles polacos se encontró en sus manos.
Fuente: “Historia del Diseño Gráfico”, Meggs por www.SoloDisenio.com
jueves, 11 de diciembre de 2008
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